
Querido amigo,
¿Recuerdas cuando
saltábamos en la cama de papá? Teníamos como dos o tres años. Hubo también una
vez que fuimos a un festival en el que había un verdadero trampolín. Le rogamos
a papá que nos diera diez centavos para poder brincar. Todavía puedo ver tus
ojos de emoción mientras rebotábamos alto y más alto. Tus enormes ojos
marrones.
Mi punto en esta historia
es el de sacudir tu memoria. Me encantaría que recordaras lo que sentías cuando
saltábamos alto y más alto, especialmente cuando subíamos. Para mí era una
sensación de expansión. Puedo identificarla ahora. Como si lo que tenía por dentro
se sintiera más grande. Los gritos de emoción salían de lo más profundo de mí
mismo, ¿recuerdas cuánto nos divertimos? Nos agarramos de las manos cuando te
dio un poquito de miedo, ¿recuerdas? Dijiste que mi mano te hizo sentir bien.
De hecho, podíamos ir mucho más arriba cuando íbamos juntos.
Cierra tus ojos y
acuérdate. Busca mi mano, todavía está allí. No sientas miedo. Podemos todavía
ir más alto juntos. Siempre estaré listo para tomar tu mano. Morir es como
saltar en un trampolín. Lo sé. Ya di el salto. No te abandonaré. Toma mi mano
cuando estés listo y saltaremos juntos.
Tu hermano mayor,
Yo
No hay comentarios:
Publicar un comentario