Querido
amigo,
Te escribo desde un lugar
en ninguna parte. Aunque suene algo bizarro, es cierto. De hecho, no estoy
escribiendo. Mis pensamientos forman imágenes que percibes como escritura.
Símbolos de pensamiento dibujados artísticamente para que entonces tú puedas
diseñar tus propios pensamientos. Complicado, pero simple.
Ahora que ya establecimos
que estoy escribiendo, vamos a ver por qué. Esperamos que yo sea capaz de
advertirte acerca del increíble poder de los pensamientos. Sí, claro; todos
hemos oído la frase: «el pensamiento crea la realidad». En el
nivel del plano físico suena pegajosa para forzarnos a aceptar la
responsabilidad por la situación de cada quien. El poder de cada pensamiento
manda ondas a través del espacio que, al interactuar con otras, causan la
fusión de todas ellas y forman algo que puede que no haya sido la intención
original. Ese es el mal augurio del poder del pensamiento.
Es mi intención tratar de explicarte a través de mi propia
experiencia a dónde me ha traído el pensamiento. En mi última forma física yo
no lo honré. Lo tomaba por sentado y no lo aprecié por completo. Le permití
andar desenfrenado. No es el pensamiento sin control lo que es el problema; es
aquél que está desinformado y sin dirección. En mi caso, los míos acerca del
final de la forma física, consistían en nada. Me supongo que sería miedo lo que
me abstuvo de hacerlo. Como no había ninguna imagen acerca de mi muerte, no
había nada establecido de lo que iba a suceder después. ¿Ves? Por eso es que
escribo desde la nada. No creé nada debido a mi falta de ideas sobre el asunto.
Ahora, para rectificar la situación, debo volver a la forma física para empezar
otra vez. En esta oportunidad pensaré acerca de lo que quiero en la muerte.
Ciertamente, esto no.
Usa el pensamiento con
sabiduría. Úsalo para crear lo que quieras. Intercéptalo con cosas positivas.
Es la única forma. Tómalo de alguien que ha visto todos los ángulos.
Yo
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