
Querida
amiga,
Recuerdo
tus lágrimas mientras mi visión de ti se desvanece. Mi primera reacción es de
pánico y preocupación. Pánico, por no saber a dónde voy y preocupación, por el
dolor que embargan tus ojos. Nunca hubiera querido verte con tanto dolor. Pude
sentir la punta de tus dedos cuando rozabas mi rostro y el sabor salado de tus
lágrimas en mis labios mientras estos dejaban ya de moverse. Es una sensación
rara el morirse. Para nada lo que me esperaba.
De cuando
era joven recuerdo historias de un siniestro señor de la muerte, de ese género
de películas de horror que nuestro mundo creó. Me imagino que eso era lo que
me esperaba. Cuán sorprendido de no encontrarme con nadie. Bueno, nadie que
hubiera conocido por lo menos. Había esencias alrededor mío, mas por un tiempo
yo estuve encerrado en tu abrazo al dolor. Porque me era familiar me acomodé
en él y construí una realidad alrededor. Al no haber medida del tiempo, estuve
allí por un breve momento y a la vez una eternidad. Tus lágrimas despertaron
una forma de mí mismo que revivía el momento final y buscaba una manera de
reescribirlo.
Cuando
alguien definitivamente se acercó, estaba sumergido en tus pensamientos de
luto y dolor, y tratando de liberar tu alma de la desesperación perdí el rumbo.
Porque sí hay un rumbo en la muerte. Afortunadamente fui capaz de desbloquearme
y salirme de aquel círculo de realidad. Haciendo esto también te solté a ti de
aquel extraño compromiso.
Amiga,
vive y experimenta todo lo que el mundo físico tiene para ofrecerte. Tus lágrimas
continúan estando en mis
labios, pero ellas alimentan ahora mi esencia hacia una nueva
existencia. Espero el momento en que vengas a este espacio. Recuerdo tu rostro
y me envuelve la esencia de tu amor. Todo existe aquí… y allá… En todas partes.
Todos existimos fuera del tiempo y somos eternos.
Desbloquea
tu alma. Te espero con el corazón abierto.
Te amo,
Yo
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