Querido amigo,
Te escribo estas líneas como
un regalo. Un regalo entregado con la esperanza de decirte algo que te ayude a
mantener tu camino. En los reveses de la vida muchas veces nos encontramos
lejos del lugar en que creíamos poder estar.
Ciertamente, en esta vida
pasada hubo muchas sorpresas que llenaron mi vida a plenitud. Una de esas eres
tú. Nunca me había planteado la reproducción y mucho menos imaginaba una
persona tan exquisita como tú. Eres el producto de mi vida y la conglomeración
de todo lo que soy energéticamente. Eres una forma de reencarnación para mí. Me
veo a mí misma en tus ojos. Mi esperanza es que tú escuches lo que tengo que
decirte.
Conociéndote como te conozco
me doy cuenta de que existe la posibilidad que descartes esta nota y la taches
de manipulación o farsa. Nosotros esperamos sinceramente que esto no suceda.
Sabemos que nos fuimos de manera abrupta. El accidente, o mejor dicho el
predeterminado fin de mi vida física, no me permitió poder darte mis últimos
consejos. También sé lo que todo esto te perturbó. Dicho esto, déjame continuar.
Guarda siempre muy bien en
tu corazón mi fascinación por tu talento. Ser tu mejor y más grande admiradora
fue un placer que llevaré conmigo a la eternidad. Deja que mi asombro pueda
permear tu esencia y déjalo crecer. No permitas que mi muerte sofoque tu
alegría. Tienes que saber que yo no he terminado sino que he evolucionado. No
padecí físicamente y ahora que he podido comunicarme contigo mi corazón deja de
sufrir.
Guarda las palabras de
esta carta cerca de tu corazón. Incluso, si crees que estos términos no son
míos no importa. La esencia de mi conexión contigo aumentará cuando leas estas
líneas. Sé feliz. Nos encontraremos otra vez aunque quizás en circunstancias diferentes.
Anda y sé espectacular. Yo estoy contenta. Tú también deberías estarlo.
Te quiero,
Yo
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