Querido amigo,
Las sensaciones de la
muerte todavía fluctúan a través de lo que sigo considerando ser yo misma. En
vida, su esencia era para mí un enigma. Sin tener mucha experiencia en la
materia hubiera apreciado alguna reflexión.
La idea de la muerte tiene
un velo negro y se muestra amenazante. Cuán infortunio. Al contrario, yo me
encontré con uno de los momentos físicos más iluminados que jamás haya experimentado.
Mi paso al vacío fue abrupto, el pensamiento completo se me escapa mientras
los primeros instantes de eternidad me envuelven. Todo resuena con liviandad y
alegría. Esperaba una reunión y quedé satisfecha.
No fue doloroso. Tanta
información de lo contrario siempre me causó miedo. De hecho, cuando el último
suspiro escapó de mis labios hubo una sensación de elevación. Supongo que la
mejor forma de describirlo sería compararlo así: imagina que estás en el fondo de
una piscina, estás en el lugar más hondo. Estás a punto de quedarte sin aire.
Pisas un botón y sientes cómo surge una energía que te impulsa hacia arriba. Estás
a punto de quedarte sin aire justo en el momento en que alcanzas la superficie.
El cielo azul te espera. El aire aspirado profundamente en tus pulmones se
siente como néctar. Cuando exhalas la exuberancia de la vida te envuelve. Es lo
mismo en la muerte, solo que el regocijo no es pasajero. Se edifica.
Nosotros hablamos para que puedas remover la sombra de miedo.
Nosotros hablamos para guiarte hacia lo eterno. También hablamos por aquellos
que no pueden o no lo harán. Apreciamos esta oportunidad que es un don en sí
mismo.
Tu experiencia será expandida si no hay miedo. Aquí hay otros con
historias diferentes. Esperamos que resuenes con alguna.
Paz y amor,
Amelia
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