Querido amigo,
Un puntito de energía me invita a este
sitio. Al menos creo que es un sitio. Será porque creo en él y, por
consiguiente, lo creé o será porque tiene su propia energía proveniente de la
fuente de origen. O mejor también existe por la intersección de energías. Estoy
confundido. Ideas y emociones chocan dentro de mí. En algunos momentos siento
que estoy a punto de explotar. En otros siento que se encoge mi esencia. Yo no
he estado siempre en este estado del ser. Hubo momentos, parece que fue hace solo
un suspiro que era un simple cocinero en un restaurante de cucharas grasientas
en Queens, Nueva York. Mi mayor proceso de pensamiento en el día era salir de
la cama y preguntarme ¿por qué debo levantarme? Me movía en automático a
través de mi vida. Dormir, comer, trabajar, jugar. Dormir, comer, trabajar,
jugar, mi mantra desde que tenía dieciséis años. Dejé el colegio para ganarme
algo de dinero. Pensar no era mi prioridad. Ahora veo que quizás debí haberlo
considerado.
No comprendí la conexión
del pensamiento y cómo aplicarlo en mi vida. Claro que pensaba acerca de las
cosas. Cosas como qué comer o a dónde quería ir, cosas como esas. En un nivel
primario pensaba cosas que traía a la realidad. Nunca me di cuenta de la
enormidad del don del pensamiento.
Ahora veo este punto de
energía. He pensado acerca de él, entonces tengo muchas preguntas. ¡Claro!, no
hay nadie cerca que pueda contestarlas ¡Cuánto deseo haber tenido estas interrogantes
cuando vivía! Al decir esto en alto, revivo algunos de mis arrepentimientos.
Quizá mi voz los lleve de alguna forma milagrosa y seré escuchado. Pensar hace
que las cosas sucedan. Saberlo bien temprano hace toda la diferencia.
Gino
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