La tierra
se detuvo aquella noche en la que escuché lo que estaba sucediendo. Siempre
escéptico, escribí esto como una locura. Seguramente alguno de ustedes, con una
mente exageradamente imaginativa, habrá inventado tal farsa para asustar a
niños pequeños. No existe tal cosa. Cualquier persona, en su sano juicio, lo
sabe. La vida es lo que tienes en la mano. Ni más ni menos. Si existe Dios, Él
se olvidó de nosotros hace mucho tiempo para ocuparse de cosas inmediatas.
El mundo
que conocí estaba lleno de cuentos sobrenaturales. Todas estas historias me valían
mierda si me hubieras preguntado. ¿Sabes lo que era nuestra vida? Resolver de
la mejor manera posible. Nos considerábamos con suerte si comíamos y teníamos
un techo sobre nuestras cabezas. Prácticamente no teníamos tiempo para
especular sobre ningún *bu bu del más allá repleto de almas sagradas.
Así viví
mi vida. Te dejo rezar a nuestro dios y respeto tu necesidad de rituales
dominicales. Solo lo hice para evitar fricción entre nosotros. En lo que a mí
concierne, un montón de basura.
Esa noche
fue diferente, lo reconozco. La tormenta cayó con rapidez. De hecho, era un
indulto al calor opresivo. Estaba esperando refrescarme con una alguna brisa
fría en el porche, mientras el viento y la lluvia se llevaban el calor. Acababa
de llegar cuando sucedió. Tus ojos fijos en mí con temor. Incapaces de
movernos, ninguno de nosotros podía detener lo que estaba a punto de ocurrir. El rayo cayó brutalmente con la precisión de una aguja. Congelado en el momento, sentí mi sangre correr en pulsaciones
más rápidas por mis venas. No creo que pude emitir ningún sonido más; mi boca
estaba abierta de par en par.
No dolió.
Esperé por el dolor y cuando no pasó traté de moverme. El mundo se había
detenido en la nada. Cada segundo parecía una eternidad. Mi mente corría, pero
mi cuerpo se movía en cámara lenta. Recuerdo tus ojos clavados en mí con tal
fuerza que parecían puñaladas. Traté de hablar o hacer algo. Sentí como si el
tiempo se hubiera detenido. Irónicamente me pareció interesante. No sé
exactamente cuándo llegó la muerte. No sentí dolor. Noté que no había respirado
ya por un tiempo. Tenía en mis manos una sensación como si algo me pinchara.
Estaba paralizado, pero totalmente consciente. Mi vida entera comenzó a estar
viva delante de mí. Lo vi todo. Empecé a preguntarme cuánto tiempo estaría
allí, de pie, mientras estaba muerto. Yo lo sabía; simplemente todo era
diferente a lo que yo pensaba que iba a suceder. Mi cuerpo no funcionaba, pero
yo estaba vivo. Todas las creencias que tenía dieron un vuelco en aquel momento
eterno.
Yo no lo
sentí, mas vi mi cuerpo caer al suelo. No sentí ningún pánico, solo un interés
curioso. Estaba como viéndome en un espejo en el que las imágenes no correspondían.
Mi mayor preocupación eras tú. Cuando mi cuerpo cayó al suelo, mi tiempo
regreso al tiempo real y tú estabas gritando. Traté de atajarte para que no te
tiraras al suelo sobre un cuerpo que claramente no era yo. No me escuchaste. No
te diste cuenta de mi presencia. Estabas obviamente histérica. Tenía tiempo.
Esperaré.
El proceso total de mi muerte era de poco interés para mí. En mi
nuevo estado había constantes sorpresas que me mantenían intrigado. Esperé a
que te calmaras. Luego traté de razonar contigo acerca del cuerpo que
enterrabas, ese no era yo. Hubo momentos en que pensé que entendías, solo para
caer luego en momentos eternos de tu dolor. Estaba perdido, no sabía qué hacer.
Dejé muchos mensajes y
señales que tú no percibías. En mi frustración, incluso, traté un método
primitivo de cacería que había visto alguna vez en una película. Si hubiera
habido otros, seguramente se hubieran divertido. Tú no respondiste.
Ya he estado muerto por
casi un año. Me han dado indicaciones de que tengo que seguir adelante y
aprender acerca de mi entorno. Sin embargo, no puedo dejarte hasta que me
escuches. Esta carta es mi último recurso. Estoy atrapado en tu dolor. Mi deseo
es que leas esto y que sepas que estoy bien.
Henry,
1987
_________________
*Bu bu:
Alusión a la vida metafísica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario