Querido amigo,
Veloz se me escapa, resonando a
través de mí, un flujo de energía similar a aquellos de mi juventud que se
expande a través de mi inservible cuerpo. Este flujo me propulsa rápidamente hacia
una órbita personal solo rebasada por la primera vez que me monté en una rueda
de feria. Cuánto tiempo he esperado y a la vez he temido este momento. Leí
todos los libros y recé a todos los diferentes dioses del momento. Mantuve pensamientos de
crisis de la mediana edad persiguiéndome, por lo mínimo, una década.
Ahora que está sobre mí me
siento más vivo que lo que me he sentido jamás. Mi pulso se acelera y mis ojos
se abren hacia un nuevo horizonte. Rápidamente este cuerpo es olvidado. Solo
las memorias se adhieren al viaje. Anteriormente me hubiera sentido ansioso
acerca de un plan que no incluyera mi cuerpo. Ahora es simplemente un
pensamiento adherido a la esencia que las llevará conmigo para un nuevo
horizonte.
Siento duelo, pero solo un
instante. Cualquier cosa que te dé poder es lo único que se queda para el
recorrido. Mi talento artístico se ha manifestado muchas veces. Cada vez más
evolucionado que la vez anterior.
Es curioso cómo ciertas
cosas son tan familiares. Recuerdo esos sentimientos y en el momento no era
capaz de identificarlos. Ahora veo cómo varias vidas se entrecruzan y cómo se
desenlazan las experiencias conjugándose unas sobre otras. Sin duda, un juego
delicado y complejo el que jugamos en el plano físico.
Estoy fascinado con toda la información. Todas mis preguntas
contestadas silenciosamente por mis decisiones de vida. Verdaderamente notable.
Ahora doy un paso a lo
desconocido. Todo es una tabla rasa, lista para crear el guión de mi nueva
lección.
Solo espero que este
conocimiento se quede conmigo o, al menos, algo. A quien quiera que seas te
ofrezco mi despedida. Quizás nos encontremos otra vez en otro horizonte.
Stanley
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